Piel sensible: cómo identificarla, cuidarla… y quererla

Hablamos de una piel hiperreactiva que, por norma general, manifiesta una alteración en la función barrera de la epidermis. Esto provoca, entre otros factores, deshidratación —de ahí su aspecto seco y mate— y un umbral de tolerancia más bajo que el de las pieles normales. Las causas son difíciles de determinar —genética, rutinas faciales inapropiadas…— pero lo que sí se sabe es qué puede provocar que reaccione:

• Las condiciones climáticas afectan notablemente a este tipo de pieles, especialmente el viento, el frío, el calor o la humedad.
• Suelen experimentar rechazo a determinados cosméticos. También pueden reaccionar al contacto con el agua fría o caliente o a la aplicación de geles.
• Los cambios hormonales o el estrés —entre otros factores psicológicos— llegan a influir en su estado.

Hay varias señales que suelen estar asociadas con este tipo de pieles: enrojecimiento, erupciones, tirantez, calor, cosquilleos, etc. Sin embargo, aunque experimentes algunos de estos síntomas, no debes caer en el autodiagnóstico. Ante la duda, acude a tu dermatólogo para identificar si realmente tienes hipersensibilidad en la piel o se trata de una reacción puntual. 

En estos casos conviene tener ciertas atenciones con la piel del rostro para evitar reacciones adversas: protegerla del frío y del calor, limitar el uso de exfoliantes, usar un maquillaje adecuado, aplicar un protector solar de factor alto… Pero, quizás, lo mejor que puedes hacer por ella es cuidarla a diario con productos seguros adaptados a sus características. ¿Cuántos? No muchos: mejor seguir la regla del ‘menos es más’ como defienden los expertos. 

El mejor punto de partida —para cualquier tipo de piel, en realidad— es una buena limpieza. Eliminar las impurezas que se acumulan a lo largo del día y los restos de maquillaje es un gesto que no puedes saltarte jamás. Pero, ¿sufres cuando tienes que hacerlo? Entonces no estás utilizando los productos adecuados. La gama de cuidados para pieles sensibles Flores Delicadas de L’Oréal Paris limpia tu cutis de forma suave. Empieza tu ritual con la Leche Limpiadora —que también nutre— o con las Toallitas Desmaquillantes que tienen efecto calmante. Después, aplica el Tónico Facial de la misma línea para minimizar los poros, tonificar y refrescar la piel. ¡Lista para el próximo paso!

Después de la limpieza, llega el momento de la hidratación y, como imaginarás, no vale cualquier crema. Una opción hecha a tu medida es Hydragenius Pieles Secas y Sensibles de L’Oréal Paris. Este cuidado concentrado en agua tiene una textura líquida de rápida absorción. Además, calma e hidrata la piel intensamente. Aplícalo por la mañana y por la noche y maravíllate con la sensación de frescor que deja. 

Tener la piel sensible no tiene por qué ser un problema. Simplemente préstale atención, cuídala con los productos adecuados y llegarás a olvidarte de que alguna vez te dio la lata.