Y es que, cualquier iluminador bien utilizado —no te olvides del famoso dicho de: “La prudencia es la madre de la ciencia”— puede difuminar las ojeras, unificar el tono de la piel, aportar buena cara al momento, jugar con las proporciones de tu rostro, resaltar las partes que más te gusten de él y un largo etcétera.
Más que de un producto de belleza parece que estamos hablando de una varita mágica, ¿verdad? ¿Y qué pasa con las varitas mágicas? Pues que es fundamental que caigan en buenas manos. Nos convertimos en una especie de profesor Dumbledore para darte las principales claves sobre cómo aplicarte el iluminador —dónde, cómo y con qué fines— y así no dejarte sola ante el peligro de volverte una ‘illuminati’. ¡Viva el efecto glow!
¿CUÁNTO SABES SOBRE ILUMINADORES FACIALES?
¿Para qué sirve el iluminador?
a. Para hacer las veces de tu fondo de maquillaje los días que no te da la vida y no tienes tiempo de aplicártelo.
b. Consigue que tu maquillaje se mantenga intacto durante más tiempo como si fuera un primer.
c. Ayuda a disimular zonas apagadas, imperfecciones, líneas de expresión y aporta luminosidad.
La respuesta correcta es la C. ¡Brava! Minipunto y punto. Y el orden correcto de aplicación es después de la base y del corrector.
¿Dónde se aplica el iluminador?
a. Parte alta del pómulo, hueso de la ceja, lagrimal y arco de cupido (o pliegue nasolabial). Vamos, sobre las zonas más prominentes de la cara.
b. Sobre cualquier zona del rostro donde tengas brillos.
c. Se aconseja aplicar encima de todo lo que quieras disimular.
¡Pues claro que la A! Debes echar el producto en las yemas de los dedos y extender por medio de pequeños toquecitos sobre las zonas que busques resaltar de tu rostro. Aplicándolo sobre las ojeras o sobre la zona T —que tiende a ser especialmente grasa— solo conseguirías un efecto contraproducente.
¿Un consejo? Si marcas con un puntito de iluminador el centro de tu labio inferior, potenciarás el volumen de tu boca. ¡Ah! Y no te olvides de la barbilla.
¿Qué acabado se consigue?
a. Una apariencia mate intensa y duradera.
b. Un efecto brilli-brilli si utilizas la paleta de iluminadores Wake Up and Glow de L’Oréal Paris. ¡Lista para ir a tus citas más importantes!
c. Un efecto luminoso y jugoso si además combinas tu iluminador con el colorete Life is a Peach. ¡El color rosita siempre está de moda!
Aquí hemos hecho un poco de trampa. Efectivamente, ¡B y C son correctas! ¿Sabías que además, si dominas cómo aplicar el corrector facial, puedes engañar fácilmente al ojo? Un ejemplo: si lo extiendes sobre el arco de la ceja, agrandarás la mirada; y si lo haces en el centro de la frente, dotarás de luz a todo tu rostro.
¿En qué ocasiones deberías usarlo?
a. Solo en momentos especiales BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones).
b. Exclusivamente en verano, porque es perfecto para subir el bronceado.
c. ¡Siempre!
¡La C!, obviamente. Lleva tus gotas iluminadoras Glow Mon Amour junto con tu maquillaje o BB cream. ¿Una sugerencia? La BB Cream Bonjour Nudista potenciará la luz de tu rostro de una forma muy sutil.
¿Cuáles son sus mayores beneficios?
a. Maquilla tu rostro al completo.
b. Unifica el tono de la piel, hace desaparecer pequeñas imperfecciones y signos de sueño y cansancio.
c. Aporta un efecto cara lavada al instante.
Sí, amiga mía, la respuesta buena es la B. Utilizar el iluminador tiene muchas ventajas. Y aquí un tip de última hora: puedes mezclar el iluminador con tu crema hidratante o con tu base para que el acabado sea un maquillaje supernatural. Aplícatelo siempre con buena luz, ¡que no queremos sustos!
¿Qué tal te ha ido? Si has acertado todas significa que hace tiempo que perdiste el miedo al momento “cómo aplicar el iluminador facial” y a estas alturas ya estas hecha una experta (o casi); pero si el test no te ha salido bien, no pasa nada, empóllatelo como haces con las cosas importantes —porque esta definitivamente lo es— y empieza a convertir las sombras en luces.