Los baños de color, al igual que los tintes de pelo tradicionales, son un tipo de coloración por oxidación. ¿Qué significa esto? Que se obtienen de combinar una crema colorante con una reveladora para poder penetrar en la cutícula, quitar pigmento de color y depositar uno nuevo. No obstante, la diferencia con los permanentes reside en que los baños de color —como por ejemplo Casting Crème Gloss— proporcionan una coloración tono sobre tono que realiza una oxidación más débil y, por tanto, permite cambiar poco —entre 1 y 2 tonos— tu base natural. Eso sí, aporta unos reflejos intensos, luminosos y con mucho brillo gracias a su acondicionador, que lleva coco, goji, miel o un derivado de la avellana según el color que elijas. ¿El resultado? Una melena llena de matices con acabado glossy que se ve muy pero que muy cuidada.