Elegir la mascarilla adecuada para ti

Las mascarillas son productos imprescindibles en una buena rutina de cuidados, aunque la amplísima variedad que encontramos hoy en las estanterías nos lo pone más difícil a la hora de tomar una decisión. Si te parece, te ayudamos para que te resulte un poco más fácil elegir.

CONSEJO
1

Mascarillas hidratantes

¿Quién debería utilizarlas? Utilízalas si tienes la piel tirante, muy seca o molesta. Es la mascarilla para quienes buscan confort al final de un día largo.  ¿Cuáles son sus ingredientes activos? Ácido hialurónico, ácido láctico, glicerina y carragenano alfa. Su función es la de añadir hidratación, mantener la superficie de la piel y estimular la circulación.  Resultados: La piel se rehidrata, recupera su volumen ¡y queda supersuave! 

La versión casera: Utiliza la reina de la cosmética natural: el áloe vera. También puedes usar pepino. Machácalo bien y mézclalo con un cucharadita de yogur natural. ¡Refresca e hidrata la piel en solo 10 minutos! 

CONSEJO
2

Mascarillas purificantes

¿Quién debería utilizarlas? Para pieles mixtas o grasas. Para quienes tengan imperfecciones, granitos, un cutis apagado y exceso de sebo.  ¿Cuáles son sus ingredientes activos? Zinc (para reducir el exceso de sebo), piroctona olamina (para combatir el crecimiento bacteriano) y lipohidroxiácido (por su acción queratolítica). Se combinan a menudo con aceites esenciales como menta, melisa, romero o tomillo para purificar la piel.  Resultados: La piel se suaviza, los poros reducen su aspecto y el rostro luce claramente más limpio... La piel vuelve a respirar. 

Versión casera: Mezcla una pequeña cantidad de arcilla verde con un chorrito de zumo de limón y unas gotitas de aceite esencial.

CONSEJO
3

Mascarillas nutritivas

¿Quién debería utilizarlas? Para pieles duras, agrietadas e irritadas.  ¿Cuáles son sus ingredientes activos? La presencia de aceites ricos en omega 6 y 9 repara la capa lipídica de la piel. Las mascarillas nutritivas también dependen del contenido en glicerina, ingrediente capaz de retener el agua en la superficie.  Resultados: Olvídate de la piel de cocodrilo y dale la bienvenida a un cutis luminoso, elástico y suave. 

Versión casera: Utiliza aceite de argán, almendra dulce, albaricoque o aguacate y mézclalo con una buena cucharada de miel.