Comencemos por esa búsqueda que has hecho más de una vez en Internet: cuáles son las causas de las bolsas en los ojos. Lo primero que tienes que saber es que la piel periocular, es decir, la que rodea el ojo, es cinco veces más fina que la del resto del rostro y tiene menos fibras de colágeno, elastina y glándulas sebáceas. O sea, un caldo de cultivo excelente para que cualquier defectillo de la piel se cebe en esta zona.
Y ahora sí: ¿por qué salen? Fundamentalmente por tres causas:
- Genética. Tu querida madre o tu amado padre, además de su sabiduría, te han dejado en herencia sus bolsas —vaya regalito— y no te queda otra que lidiar con ellas.
- Retención de líquidos. Es decir, que tu cuerpo —ya sea debido a una dieta desequilibrada, al consumo excesivo de alcohol, tabaco o sal, a problemas médicos o a cambios hormonales, entre otros— no elimina el líquido como debería y, como consecuencia, se acumula en distintas partes del cuerpo, entre ellas, en la cuenca inferior de los ojos.
- Falta de hidratación. Si a la fragilidad de esa zona le unes una sequedad persistente, la piel va perdiendo tono, se afina aún más, se descuelga y aparecen las bolsas —sobre todo, a medida que cumplimos años—.