Cómo afectan los cambios estacionales a nuestra piel

Al igual que nuestro cuerpo, nuestra piel tiene que adaptarse a los cambios estacionales. Para mantenerla en forma, necesitamos entender su ciclo natural y mimarla en consecuencia.

Al igual que las estaciones, nuestra piel pasa por diferentes fases. El frío, el sol, el aire acondicionado y la calefación pueden dañar nuestra piel, que es extremadamente sensible a los cambios de clima. Y con la llegada de la primavera y el otoño, nuestra piel se lleva la peor parte. Durante estas estaciones templadas caracterizadas por su cambiante tiempo, nuestra piel tiene que trabajar mucho más para adaptarse.  
 
CONSEJO
1

El otoño, una fase de transición

Cuando nuestra piel ya no está "protegida" por el bronceador, las imperfecciones vuelven para vengarse: arrugas, piel seca, flacidez, enrojecimiento y, en algunos casos, aumento de la producción de sebo. La piel se vuelve pálida, pierde su tono y se deshidrata. Nuestra piel, consumida por los cambios estacionales del otoño, anhela tratamientos que le devuelvan su resplandor; es hora de que mimes tu piel con exfoliantes vigorizantes, mascarillas hidratantes y tratamientos beneficiosos.  
 
CONSEJO
2

El invierno, cuando nuestra epidermis hiberna

Durante el invierno, nuestra piel tiene que hacer frente al viento, el frío y los cambios de temperatura entre los cálidos hogares y el gélido exterior. El metabolismo de nuestra piel disminuye, nuestra circulación se ralentiza y la renovación celular se reduce. El resultado es que nuestra piel puede perder su saludable resplandor. Nuestra epidermis necesita descansar. Pide a gritos ingredientes reconfortantes e intensos hidratantes.  
 
CONSEJO
3

La primavera, una época para florecer

A medida que la estación cobra vida, ¡nuestra piel también! Después que haber permanecido adormecida por las reducidas y frías horas de luz, es momento de que nuestra piel despierte. Tras haber sido bombardeada con toxinas durante todo el invierno y sensibilizada con el regreso de las alergias cutáneas, toca exfoliar y limpiar en profundidad.  
 
CONSEJO
4

El verano, una estación peligrosa

La piel necesita toda la ayuda posible para combatir los daños causados por el sol: su sebo se fluidifica, sus poros se abren, suda y presenta dificultades para lidiar con productos grasos. ¡Hidratar en profundidad la piel es la clave! Tan pronto como el sol se instala en el cielo, necesitamos cambiar las cremas espesas por texturas más ligeras y hacer todo lo posible para proteger nuestra piel de los dañinos rayos UV.