Cómo calmar la piel enrojecida después del ejercicio

El deporte mantiene nuestro cuerpo en buena forma, pero puede hacer que la tez se enrojezca y arda. Así que, te damos algunos consejos para recuperar tu frescor...

La transpiración, el calor e incluso los gérmenes de los aparatos de gimnasia pueden causar brotes de manchas, rojeces o piel seca. Por lo tanto, es importante cuidar la piel durante y después del ejercicio.
CONSEJO
1

Durante el ejercicio

La actividad física eleva nuestra temperatura corporal, dilata nuestros vasos sanguíneos y aumenta nuestros latidos del corazón. Para evitar que nos sobrecalentemos, nuestro cuerpo transpira y nuestra piel se enrojece.   Refréscate: para evitar la piel enrojecida, trata de mantener una temperatura corporal baja. Hazte con un spray para que puedas rociar tu rostro mientras haces ejercicio.   Mantente hidratada: ¡bebe mucha agua antes (y después) de hacer ejercicio! Cuando los músculos se contraen, emiten calor y pierden agua. Necesitan volver a hidratarse. Lo mismo tenemos que hacer con nuestra piel si no queremos que se deshidrate. Así que mantén tu botella de agua a mano durante y después de tu sesión de ejercicio para que tu cuerpo esté bien hidratado.
CONSEJO
2

Después del ejercicio

Estiramiento: Un buen estiramiento reduce la temperatura corporal, enfría la tez enrojecida y evita la rigidez. A medida que tu ritmo cardíaco se calma, ¡también lo hará tu piel!   Mima tu rostro enrojecido: la transpiración causa pérdida de agua, así que date un capricho aplicando una mascarilla calmante formulada para calmar e hidratar profundamente tu piel. Opta por productos para la piel sensible, colmados de ingredientes ultracalmantes. Los productos que contienen agua termal, zinc o extractos de regaliz funcionan a la perfección sobre la tez enrojecida. Asimismo, puedes reducir el enrojecimiento rociando tu rostro con agua de té de rosa o té verde o aplicando un poco de gel de aloe vera por sus propiedades refrescantes, calmantes y antiinflamatorias.   Relájate: el frío reduce la temperatura de la piel, así que coloca un paño frío y húmedo sobre tu rostro durante unos minutos para deshacerte del enrojecimiento de la tez. Si puedes soportar el frío extremo, envuelve unos cubitos de hielo en una toalla y presiónalos contra tu cuello (puedes reemplazar los cubitos de hielo por una botella de agua helada). ¡Hará que la sangre que llega a tu rostro se enfríe y evitará que el enrojecimiento perdure!