La arcilla verde se utiliza para purificar la piel profundamente. Cuando se aplica como mascarilla, elimina las impurezas (como un imán). Y no seca la piel, sino que, de hecho, hace más bien lo contrario. Mientras absorbe la suciedad, el sebo y el maquillaje, también mima nuestra piel con una gran cantidad de beneficiosos minerales. Está repleto de sílice, aluminio, calcio, hierro, magnesio, selenio, zinc y potasio. Suaviza, hidrata y revitaliza la piel al tiempo que la limpia por completo. Combate el envejecimiento y vuelve a oxigenar la piel.