Limpieza matutina vs. limpieza nocturna

Todas sabemos que una rutina de limpieza de la piel es esencial si queremos mantener nuestra piel joven y resplandeciente durante más tiempo. Ni que decir tiene que se consigue realizando una limpieza por la mañana y otra por la noche. Pero tienes que hacerlo correctamente.

CONSEJO
1

La limpieza, el camino hacia la piel perfecta

 Si queremos mantener nuestra piel de melocotón, necesitamos limpiar la tez por la mañana y por la noche para deshacernos de las toxinas acumuladas durante el día (contaminación, humo, estrés, sebo), así como de la suciedad que se acumula en ella mientras dormimos. Es pan comido, pero es un paso tan importante que incluso las mujeres jóvenes deberían dedicarle tiempo si desean mantener su piel en buena forma. Si no limpiamos el cutis, aparecerán puntos negros debido al exceso de sebo, nuestros poros se obstruirán, las arrugas se acentuarán y nuestra tez presentará un aspecto apagado. En otras palabras, nuestra piel se asfixia. Así que una rutina de limpieza resulta imprescindible, incluso si has llegado de madrugada. Además, la mayoría de los limpiadores presentan propiedades adicionales que pueden suavizar, hidratar o mejorar la flexibilidad de la piel. ¡Y nos ayudan a lucir mejor que nunca! 

CONSEJO
2

Delicada limpieza matutina

  La limpieza matutina no implica retirar el maquillaje (a menos que hayas caído rendida maquillada), sino una limpieza delicada para deshacerse de las toxina o la transpiración acumuladas durante la noche. Empieza con un poco de agua termal para despertar tu piel e hidratar y tonificar la epidermis. Sécala (pero no frotes, eso hará que se irrite). Continúa con un limpiador suave como un agua micelar, aplicándola desde la parte inferior del rostro hasta la frente y desde el centro hacia el exterior. Se deshará de cualquier resto de suciedad y reafirmará la tez inmediatamente. Finaliza con un tónico para dejar la piel fresca, purificada y lista para ser maquillada. 

CONSEJO
3

Profunda limpieza nocturna

   Limpiar profundamente la piel antes de ir a la cama es el primer paso para una piel bonita. Eliminará las impurezas acumuladas durante el día (contaminación, humo, sebo), preparará la piel y le permitirá que respire. También le ayudará a absorber los ingredientes activos: antienvejecimiento, matificante, hidratante, etc. Sin embargo, ten cuidado, ya que no desearías que la película hidrolipídica protectora se dañe. Empieza colocando unos discos de algodón empapados en cada ojo para diluir las sombras de ojos y la máscara de pestañas grasas. Deja que actúe unos segundos y, a continuación, elimina la suciedad como se indica en la figura 8, asegurándote de no dañar las pestañas. Limpia el resto del rostro con ayuda de los dedos para no terminar frotando e irritando la piel. Puedes usar un aceite, un gel o una loción limpiadora. Ejerce movimientos circulares sobre la frente, las mejillas, la barbilla y los laterales de la nariz. ¡Y no te olvides del cuello! Elimina los restos de tu limpiador con un disco de algodón empapado en agua tibia y finaliza con un poco de agua termal o floral.