Los efectos del tabaco en nuestra piel

"Mañana lo dejo", una frase repetidísima entre los millones de fumadores en el Reino Unido. Además de los numerosos riesgos para la salud que se asocian con este hábito, el tabaco tiene un efecto devastador en la calidad de nuestra piel. Te contamos las consecuencias para que te lo pienses dos veces antes de encender tu próximo cigarrillo.

Con cada cigarrillo, 4000 sustancias químicas y 400 toxinas invaden nuestros pulmones y atacan la piel. El tabaco provoca cansancio corporal y el rostro, los dientes y el cabello parecen envejecer con mayor rapidez. ¡Sin duda, no es la mejor de las noticias!
CONSEJO
1

Envejecimiento prematuro

Tabaco, sol y contaminación: un trío fototóxico y destructivo responsable del envejecimiento prematuro de la piel. A un nivel superficial, el tabaco genera radicales libres que oxidan las fibras de la estructura de soporte de la piel. A un nivel más profundo, la nicotina reduce la síntesis de estrógenos y destruye la vitamina C reduciendo la producción de las fibras de la estructura de soporte (colágeno y elastina). Por tanto, fumar altera la estructura de la dermis y reduce su flexibilidad y tono. Aumentan las patas de gallo y se hacen más anchas y profundas. Aparecen arrugas muy marcadas en el pliegue nasolabial (líneas de expresión) y pequeñas arrugas verticales alrededor de los labios por las repetidas caladas al cigarro. Y eso no es todo, fumar también hace que los vasos sanguíneos se contraigan.

El resultado: se reduce el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos de la piel disminuyendo el ritmo del metabolismo celular. El rostro pierde volumen y los pómulos resaltan más prominentes. 

Elegir una crema rica en antioxidantes te ayudará a compensar estos efectos y a combatir el envejecimiento prematuro de la piel. Busca ingredientes activos que incluyan ácido hialurónico, retinol y colágeno.


CONSEJO
2

Manchas y espinillas

Las micropartículas del humo pueden obstruir los poros favoreciendo la aparición de puntos negros y espinillas. Se corre el riesgo de que las espinillas y granitos se infecten al explotar, ya que fumar aumenta el riesgo de infecciones e interrumpe los procesos de curación. Así pues, la piel de un fumador tenderá a lucir apagada, grasienta, deshidratada, frágil y con un tono irregular. Razones suficientes para quitarte ese mal hábito de la cabeza de una vez por todas.

Si lo que buscas es combatir las manchas, limpia el rostro cuidadosamente cada noche para eliminar de la piel cualquier resto de tabaco y utiliza un exfoliante facial dos veces a la semana. Termina con un hidratante antimanchas.