Para alimentarte, ¿qué necesitas? Agua y nutrientes. Pues tu pelo exactamente igual. Hidratación y nutrición a tope. Ahora bien, ¿sabes identificar cuándo te hace falta una, la otra o ambas? Te lo demostramos con el “truco de la porosidad”.
● Coge cualquier pelo que se te haya caído e introdúcelo dentro de un vaso lleno de agua.
● Espera dos o tres minutos y observa dónde está el cabello.
– Si está en la superficie: cero porosidad. Esto significa que la cutícula es casi impermeable, por lo que es difícil de hidratar, pero retiene muy bien los nutrientes. Necesitas hidratación.
– Si está en la mitad: tu pelo tiene porosidad media. Es decir, el agua penetra sin dañar la fibra y conserva moderadamente bien los nutrientes. Necesitas hidratación diaria y nutrir el pelo semanalmente.
– Si está en el fondo: tu cabello es muy poroso o, lo que es lo mismo, entrará un exceso de agua que puede partirlo y no retendrá los nutrientes. Necesitas un extra urgente de las dos cosas.
Pues hecho el diagnóstico —tómate lo de arriba como una prueba orientativa–, ha llegado el momento de pasar a la acción.