10 cosas que pueden estropear tu sonrisa perfecta

Al igual que la piel de alrededor de los ojos, la piel de alrededor de los labios también es extremadamente frágil. Por ello, las líneas de expresión surgen en estas zonas, lo que suma años a nuestro aspecto. ¿La solución? ¡Aplica una crema antiarrugas en el contorno de los ojos y los labios! Es la mejor manera de hidratar esta delicada zona y mantener las arrugas a raya, garantizando una sonrisa perfecta. 

Es importante lavarse los dientes después de cada comida. ¡Pero no hace falta cepillarse demasiado fuerte! Podrías terminar dañando el esmalte, irritando las encías, aumentando la sensibilidad e incluso causando caries. No es buena idea si quieres lucir tus brillantes perlas blancas y tu radiante sonrisa.  

¿Pensabas que solo las bebidas azucaradas eran perjudiciales? ¡Todo lo contrario! Los científicos han demostrado que la acidez de las bebidas gaseosas, ya sean dietéticas o no, daña nuestros dientes. ¡Vaya! 

Una sonrisa deslumbrante requiere unos dientes deslumbrantes, pero no debes pasarte con los blanqueadores dentales. Los blanqueadores pueden aumentar la sensibilidad, por lo que no deben usarse con demasiada frecuencia. Incluso los blanqueadores diseñados para uso doméstico deben usarse con precaución. Por ejemplo, los blanqueadores de las pastas de dientes son abrasivos y pueden hacer que tus dientes estén extremadamente sensibles y doloridos.  

De acuerdo, es algo que no se puede evitar, pero tienes que saber que a medida que envejecemos nos volvemos más propensas a las caries y las encías retraídas. Pero eso no significa que puedas mantener tu boca sana y con una sonrisa brillante. La clave para evitar las infecciones orales reside en usar flúor. El flúor de las pastas de dientes y los enjuagues bucales funciona a la perfección.  

Cuando apretamos la mandíbula o rechinamos los dientes, podemos astillarlos y deteriorar su esmalte. El rechinamiento de los dientes puede causar un dolor terrible en la mandíbula y alterar la forma de la cara. Así que, ¡intenta relajarte! 

Abrir una bolsa de plástico, desenroscar el tapón de una botella, quitarle la etiqueta a una prenda... Todos estos hábitos aparentemente sin importancia pueden dañar y desgastar nuestros dientes. Y, con el tiempo, nos causan problemas. Problemas que no pueden solucionarse. 

Beber vino regularmente puede afectar a tu salud, así como a tu sonrisa. El vino es particularmente ácido y puede hacer que tus dientes se amarillenten o manchen. Por lo tanto, presta atención a tu consumo de vino y enjuágate la boca cada vez que lo bebas.

Las mujeres embarazadas deben prestar especial atención a sus dientes y encías. Los científicos han encontrado relación entre la higiene bucal deficiente y los nacimientos prematuros o los bebés más pequeños. Los cambios hormonales durante el embarazo pueden hacer que nuestras encías se inflamen y aumente el riesgo de gingivitis. Si padeces vómitos por la mañana, enjuágate la boca con agua para proteger los dientes del daño causado por el ácido del estómago.

Nuestros dientes no están diseñados para moder objetos duros como bolígrafos o terminales de gafas. Morder objetos sólidos puede hacer que tus dientes se resquebrajen y tensar los músculos de tu mandíbula.