Rutina de limpieza facial: por qué no deberías vivir sin ella
Lo primero, aclaremos términos. Rutina de limpieza facial no es ese acto reflejo que desempeñas todas las mañanas al levantarte, justo después de encaminarte medio noctámbula hacia el baño y de abrir el grifo para intentar espabilarte. Es decir, lavarse la cara para empezar la jornada es una cosa, pero limpiarla para tratarla y aportarle cuidado es otra que no se hace con el piloto automático y que es especialmente importante al final del día.