Los expertos emplean el término “piel apagada” para referirse a un cutis sin brillo, completamente plano de color e incluso un poco grisáceo. A continuación, te contamos las razones más frecuentes:
• Falta de exfoliación. Sin ella no eliminarás el exceso de células muertas que se acumulan cada día en la capa más superficial de la piel, impidiendo que la luz se refleje y eclipsando la luminosidad natural del rostro. Siempre te lo decimos: exfoliación 2 veces/semana.
• Presencia de radicales libres. La contaminación genera radicales libres en la piel que, aparte de acelerar el envejecimiento cutáneo, dañan el colágeno y aumentan la producción de pigmentos, apagándola.
• Deshidratación. Directamente relacionada con la luminosidad cutánea. Una piel deshidratada, normalmente se aprecia opaca y esto en gran parte se debe al problema de la renovación celular (al retirar las células muertas, damos paso a células nuevas) que te comentábamos en el primer punto.
• Irte a dormir sin desmaquillarte. Como se enteren los expertos… Meterte en la cama sin retirarte el maquillaje es una auténtica ofensa al envejecimiento cutáneo, entre otras cosas porque que tus poros estén bloqueados imposibilita que se regenere la piel.