Son bastante distintos entre sí, aunque presentan algunas coincidencias. Eso sí, vayamos primero con uno y luego con el otro para que no se te mezclen.
– El retinol es un derivado de la vitamina A, famoso por su potencial para tratar las manchas, las arrugas y mejorar la textura de la piel, dejándola más uniforme y lisa. Pero profundicemos un poco más:
- Actúa muy eficazmente contra manchas solares y otras hiperpigmentaciones.
- Frena la acción de los radicales libres.
- Reduce de forma visible las líneas de expresión.
- Controla la producción de grasa y también es capaz de disimular las marcas del acné.
- Favorece la formación de elastina, colágeno y de ácido hialurónico por lo que, en consecuencia, mejora la firmeza, la elasticidad y la hidratación de la piel.
- Estimula la actividad y renovación celular.
– El ácido hialurónico, por su parte, es un componente presente de forma natural en nuestro cuerpo que destaca por su altas capacidades hidratantes y por:
- Tiene la capacidad de retener 1000 veces su peso en agua y aportárselo a la piel.
- Es especialmente eficiente contra las líneas de expresión y arrugas por deshidratación. Las rellena.
- Ayuda a restaurar el volumen de nuestro rostro y a redensificarlo.
- Aporta firmeza y elasticidad.
- Promueve la creación de colágeno y de elastina que sostienen y dan soporte a la piel.